martes, 7 de junio de 2011

Antecedentes Históricos


El 29 de abril de 1905, un decreto del Ministerio de Hacienda autorizó la instalación en Chile de la empresa norteamericana Braden Copper Company, como encargada de explotar el yacimiento El Teniente, que permanecía abandonado desde fines del siglo XIX.
En ese escenario, Braden Copper emprendió un conjunto planificado de obras, empezando por construir un camino de carretas -y luego un tren como medio de transporte-; habilitar una oficina comercial en Graneros y bodegas en La Compañía; reabrir la extracción de la Mina; edificar un concentrador y campamentos de habitaciones; establecer un patio industrial en Rancagua, y contratar trabajadores, entre otros.
Además de algunos campamentos pequeños creados cerca de las primitivas vetas a explotar, entre 1905 y 1906, en la ladera de la montaña próxima a la Mina, fue construido un "establecimiento beneficiador de minerales", integrado por una planta de concentración o molino, con capacidad para tratar 250 toneladas diarias de mineral que eran acarreadas por un "tranvía aéreo" desde el yacimiento, y un "dínamo" que suministraba la energía eléctrica.
 
 

18 de marzo de 1915,
Diario "La Aurora"
Sin embargo, sólo en marzo de 1915 este poblado industrial recibió el nombre de "Sewell", en recuerdo de Barton Sewell, alto ejecutivo de Braden Copper que falleció ese año en Nueva York. El nunca conoció Chile, pero siempre apoyó la idea de William Braden de invertir en El Teniente.
Con los años, el campamento y sus instalaciones progresaron conforme aumentó la producción de cobre, pasando a constituir una ciudad. Más que una expansión territorial, la estructura urbana de Sewell se caracterizó por una densificación y crecimiento en altura, con edificios que no estuvieron exentos de accidentes y destrucciones por las condiciones climáticas y topográficas del lugar.
Estado actual
En la actualidad, Sewell es un área de trabajo donde aún siguen en operaciones el Concentrador del mismo nombre y unas pocas instalaciones industriales, y al cual se accede en vehículo por un tramo de la Carretera El Cobre. En el campamento permanecen en pie unos 50 edificios originales, que están siendo restaurados para acoger la visita del público. En tanto en diciembre de 2002 se inauguró la primera etapa del Museo de la Gran Minería del Cobre.

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